domingo, 11 de diciembre de 2016

Claudia Fernández Valdivia: “Nuestra relación está por encima de los cargos”



Las idas a Palacio de Gobierno para hacer unidades móviles terminaron en boda y en bebé. Hace cuatro años que Álvaro García Linera (54) y Claudia Fernández (28) son esposos y cuatro meses que esperan a su primogénita.

Cambiaron el pequeño departamento en el centro paceño, con las paredes abarrotadas de libros, por una amplia casa en Achumani, con jardín para que jueguen una niña y las dos cachorras que adoptaron (Atenea y Cana).

EL DEBER visitó el hogar del vicepresidente del Estado Plurinacional y de la presentadora de Notivisión de Red Uno y, si bien ya se viste de Navidad, todavía no tiene prendas ni juguetes rosados tirados por todas partes.

_ ¿Planificaron la familia?
Decidimos conocernos más como pareja, y después de un tiempo ver qué sucedería. No es que dijimos: “Tendremos un hijo y ya”, las cosas se dieron. Este año yo estaba concentrada en un momento difícil de salud de mi papá.

_ ¿Qué tal los cambios de soltera a casada?
Desde muy jovencita he trabajado, pero ya no son solamente mis actividades, sino también las de Álvaro. Siempre ha sido respetuoso y apoya mis sueños. También hay más responsabilidades.

_ ¿El costo de ser esposa del ‘vice’?
Si bien es una figura pública... un poco (afecta) el tema de la privacidad. Son cosas que se entendieron, pero llegado el momento no es algo que guste. O el tema de la familia, sabe que no puede trabajar en institución pública. Les dije: “Lo lamento, sé que tienen las capacidades, pero no se puede, para evitar malos entendidos”. Es más la familia la que siente eso, o que la molesten por un tema político.

_ ¿Qué tal el embarazo?
Al principio fue difícil, me llegó con muchas náuseas y vómitos. Pensaba que era una gastritis porque tardaba en hacer digestión. Los primeros tres meses bajé casi cuatro kilos, ya los estoy recuperando, todo me sentaba mal. Ahora hay que ponerse de acuerdo sobre el nombre.

_ ¿Cambió la rutina de hogar?
Sí, hay que alimentarse mejor. Álvaro me cuida muchísimo más de lo normal, está más pendiente, me pregunta cómo estoy, si he comido, descansado, si quiero algo, si me antojé de algo, si comí verduras y qué verduras. Se va de viaje y queda preocupado. Decidimos que durante esta temporada los viajes, tanto en el canal, por notas de cobertura, como las actividades de Álvaro, dejarlos un tiempito porque antes lo acompañaba más.

_ ¿Cómo es Álvaro en casa?
Con mis cachorras me doy cuenta un poco de lo que va a ser. No importa la hora a la que llegue, 11 o 12 de la noche, las saca a pasear aunque esté lloviendo. A veces me molesto y le digo: “Quédate en casa y mañana las sacamos”, pero no, tiene que salir porque dice que eso las hace felices. Es muy comprometido.

_ ¿No es de los que pide que lo atiendan al llegar?
No, le gusta atender. Eso es algo que me enamoró.

_ ¿Hay reglas en el hogar?
Más que reglas, respeto. Casi no hablamos de política, alguna vez algún comentario que yo le lanzo o él a mí, alguna crítica por cómo ha sido armada la nota, o yo le critico esto, pero no algo que nos moleste como pareja.

_ ¿Cómo se concilia el ritmo de los medios y de la política?
Primero es comprensión. Afortunadamente los dos tenemos ritmos ajetreados y eso facilita que nos entendamos. Capaz que si yo tuviera un ritmo más tranquilo me hubiera costado más entenderlo, o viceversa. El saber que a veces tienes que quedarte y no vas a almorzar con tu esposo es un tema de trabajo, no es que uno lo busca.

_ Las embarazadas se ponen sensibles con las ausencias...
No me ha dado motivos para estar reclamona porque trabajo hasta las nueve de la noche. En la tarde tengo más tiempo, pero después de que el noticiario acaba a las dos de la tarde, y hasta almorzar son las tres, es complicado. Y Álvaro se levanta 4:10, sale muy temprano en las mañanas. No podemos desayunar, y así como no le reclamo que no hay desayuno, él respeta que llego a las dos y media para almorzar.

_ ¿Cómo manejarán los tiempos cuando nazca la bebé?
Llegado el momento veremos cómo nos reorganizaremos. Entiendo que ya no es lo mismo pensar en dos que en tres. Nos acomodaremos.

_ ¿Claudia dejaría su trabajo para dedicarse a un hijo?
Sé que mi vida cambiará, de eso no tengo dudas, pero ahora en mi ideal está demostrar a mi hija que se puede ser buena madre y profesional. En mi casa me enseñaron que no importa si consigues tus Bs 5, pero son tuyos y los ganaste con sacrificio y nadie puede reclamarte nada, aunque sea para agarrar tu minibús e irte. No se trata de competir por quién obtiene el sueldo más alto, sino el tema de independencia.

_ ¿Miedo a depender?
Tú diseñaste tu camino, lo soñaste y, llegado el momento, si conociste a una persona a la que amas, mantén tu camino, y si esa persona te ama, te apoyará.
_ ¿Cambió Claudia al ser esposa del ‘vice’?
No sé si en el trato, pero sí las posibilidades de ayudar se me han ampliado.

_ ¿Se volvió desconfiada?
Tal vez al principio, pero ahora, después de cuatro años de matrimonio y de seis de relación con Álvaro, hay que confiar. Si llegado el momento una persona te traiciona, tú actuaste de buena fe. Afortunadamente no he tenido casos graves, sí de personas a quienes se ayuda y terminan criticándote o diciendo que no fue suficiente la ayuda, sabiendo que moviste todas las posibilidades. Al final uno lo hace de corazón y discernir es difícil, hago de corazón las cosas.

_ ¿La economía familiar?
Álvaro paga la deuda de la casa, que es el importe más fuerte, y también la luz. Yo me encargo de pagar a la señora que nos ayuda a cocinar; hacer mercados muchas veces corre por mi cuenta, otras por la suya. Llega un momento en que ya es muy natural.
_ ¿Y la diferencia de edad?
No la siento porque cuando conversamos o salimos tenemos demasiadas similitudes, y el mismo hecho de tener contrastes.

_ ¿Qué contrastes?
Similitudes primero, somos muy hogareños, ninguno es fiestero. Trabajar desde joven me agotó, los fines de semana en vez de salir a bailar pensaba en cama. En contrastes puede ser que soy demasiado amiguera, en cambio Álvaro tiene tres o cuatro que son de por vida. Otra diferencia es que me encanta comer con gente, no puedo comer solita, en cambio Álvaro, como vivió tanto tiempo solo, está acostumbrado.

_ ¿Hay reuniones en casa?
Sí, todo lo que podemos. A veces freno un poco las actividades, pero Álvaro me dice: “Haz todo, me gusta que la casa esté llena”.

_ ¿Cómo se trabaja en medios y se está casada con alguien que ejerce el poder?
Es ahí donde a veces hay una crítica o el cuestionar y hemos tenido diferencias, pero entiendes que el cargo público es prestado y en unos años se acaba, igual que el de periodista, que más allá de eso hay una persona. Nuestra relación está por encima de eso.

_ ¿Cómo manejan la fe?
Soy muy creyente, soy católica, pero más allá de la iglesia, creo en Dios, en su poder, y Álvaro ha sido respetuoso. Yo tampoco he intentado obligarlo a hacer cosas que él no quería.

_ ¿El ‘vice’ va a misa?
No, por el tema del tiempo y como dije, más allá de ir a la iglesia, sabe que todos los días yo llego, prendo mi velita y agradezco al Señor de los Milagros o a la Virgencita, él me ayuda, me consigue la vela.

_ ¿Si hubiera cielo o infierno?
Hay que hacer las cosas con amor y muchas de las que hace Álvaro son con amor, como levantarse a las cuatro para ayudar. No cualquiera lo haría.

_ Si entrevistara a Álvaro sin instrucciones del productor, ¿qué preguntaría?
Cómo será de acá a unos años Álvaro Marcelo García Linera con una bebé. Qué cosas estaría dispuesto a sacrificar por ella. Como pareja, después de cuatro años nos hemos preguntado de todo. Más que una respuesta, esperando actos con la bebé.
_ ¿Y como político?
Más que preguntar, mostrar más allá del vicepresidente, que hay una persona, una familia, que por ejemplo la gente no sabe que es loco por su mamá, la ama, es sagrada.

_ Parece un hombre duro...
Una cosa es el trabajo, es un hombre común, cuando llega a casa es más suelto, se relaja y ríe más.

_ ¿Admira al político?
Admiro su compromiso. Ha trazado su ideal y pelea por eso, ahora de que puede haber errores, se puede discutir, pero eso me enamora y sorprende. Si tiene que dar la vida, lo hace.

_ ¿Cómo recibe las críticas al político?
No solamente son hacia Álvaro, vienen hacia mí, mi familia y su familia. Llegó un punto en que convierto esa energía negativa, de gente que no me conoce, en positiva. Da rabia cuando se involucran más en temas familiares o si la crítica es personal. Uno puede criticar el decreto, la decisión gubernamental, pero cuando es algo mucho más personal, como ahora con el tema del bebé, ahí es donde molesta y da rabia. Son más cosas las que me alegran.

_ ¿Qué responde a quienes critican?
No olviden que tienen mamás, familiares mujeres, sean respetuosos, aprendamos a vivir con diferencias. No tenemos que ser todos iguales, pero sí respetarnos. Eso sería lo primero que diría y que somos una familia.

_ ¿Y cuándo acabe el cargo?
Imagino que Álvaro dará clases porque le apasiona y yo seguiré con mis actividades. La tele es algo que me gusta, no siempre presentación, pero sí proyectos televisivos.

_ ¿Hay celos?
Yo soy más celosa, bajo todo pronóstico. Como él es mayor, muchas veces se cree que es más celoso, pero no. Él respeta y pregunta, ve si actúo diferente. Su palabra favorita es por qué, que por qué actúo así, pero no es celoso. Yo, por ejemplo, muchas veces le digo: “Tu caballerosidad puede ser malinterpretada, van a pensar que estás coqueteando”, pero es así con todos.
En el ‘Face’ se vende la imagen de familia vicepresidencial perfecta...
De hecho no existen las parejas perfectas, y no lo somos, pero en medio de nuestras imperfecciones nos amamos. En nuestras discusiones hay respeto y comprensión, mientras no se pierdan esos pilares, seguiremos avanzando

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