lunes, 31 de julio de 2017

García Linera: 'Un proceso revolucionario es una contradicción viva'



El vicepresidente Álvaro García estuvo en España y en una entrevista habló sobre la situación de los gobiernos progresistas en la región, entre ellos el de Bolivia y el proceso que encara. Dijo que un proceso revolucionario es "una contradicción viva" entre la acción de la sociedad civil y la fortaleza del Estado.

"Si te inclinas mucho hacia el Estado ya no eres revolución sino Estado estabilizado. Y si te inclinas mucho al movimiento social, a la democratización, eres ultrademocrático pero ineficiente y poco efectivo", reflexionó en diálogo con el eldiario.es, donde hizo un repaso sobre el proceso que vive Bolivia desde hace 11 años.

Alfirmó que no puede haber un proceso revolucionario que no garantice mejores condiciones de vida para la gente y aseguró que su duración es corta si se sostiene únicamente en el compromiso y el activismo político. Por ello, dijo que es fundamental garantizar la certidumbre económica, que logra adhesión no solo de los impulsores del proceso, sino también del conjunto de la sociedad.

“Si no logras generar una cierta estabilidad económica, de cierta mejora en la condición de vida de los que se han sublevado y de los que ven a distancia la sublevación, si no haces eso, si no mejoras sus condiciones de vida, muy fácilmente eso va a ser el caldo de cultivo para conspiraciones, sabotajes, malestares aprovechados por las fuerzas opositoras. Pues un proceso revolucionario es una contradicción viva, insuperable, entre democratizar, centralizar; movilizar y satisfacer; entre acción de la sociedad civil y fortaleza del Estado”, sostuvo.

Luego se refirió a las contradicciones. "Si brindas certidumbres, te estabilizas, ganas tiempo. Eso tiene sus contrafinalidades, evidentemente: para llegar a eso, tienes que centralizar, y al centralizar tienes que desdemocratizar; pero tu virtud y tu fuerza están en la democratización, pero para ganar estabilidad tienes que desdemocratizar porque tienes que centralizar decisiones", dijo.

En 2003, en Bolivia se activó una revuelta social que acabó con la dimisión del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada tras más de 60 muertos y cientos de heridos. Carlos Mesa asumió el poder pero dimitió y dio paso a la sucesión constitucional que llegó hasta el entonces presidente de la Corte Supremo de Justicia, Eduardo Rodríguez.

Rodríguez condujo un gobierno transitorio para la organización de elecciones que en 2005 dieron la inédita victoria con más del 50% del respaldo ciudadano a Evo Morales, quien asumió el poder en enero de 2006. Poco después empezó con la nacionalización de empresas estratégicas y dio paso a una Asamblea Constituyente que redactó la actual Constitución Política del Estado, que, entre otros aspectos, fortalece la presencia del Estado en la economía. La presencia de Morales acabó con un sistema político.

“Cuando ya eres gobierno, a ese papel decisivo de la idea, se incorpora el papel decisivo de la materia, de la economía”, explicó García Linera en la entrevista en medio de una visita a Europa, donde cumplió una serie de actividades como el participar de un debate con el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, sobre la revolución rusa.

Argentina, Brasil y Ecuador también encaminaron procesos progresistas, pero ahora, por lo menos en Argentina y Brasil, volvieron las administraciones conservadoras o de derecha.

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