miércoles, 21 de enero de 2015

Claudia Fernández Valdivia La esposa del ‘vice’ desea huir de su seguridad



La presentadora quiere entrevistar y conocer a la canciller alemana Ángela Merkel porque le interesa saber qué hace para tener ese aplomo con el cual se muestra al mundo una mujer tan poderosa. Lidiar con el poder para Claudia no es algo nuevo desde que es la esposa del vicepresidente Álvaro García Linera y por lo tanto, única mujer que funge como primera dama, aunque -a veces, confiesa- quisiera escapar del protocolo y la seguridad.

Al ser compañera del segundo hombre más importante del país se ha propuesto apoyarlo y aportar desde su espacio. Como era de esperar, su vida cambió desde que se convirtió en la señora de García. “Señora con cara de señorita”, dice con una sonrisa en la puerta de su departamento en la zona sur de la capital paceña, mientras invita a Para Ellas a ingresar a su hogar unas cuantas horas antes del acto de posesión de Evo Morales y García Linera.

Lo que lucirá en esa oportunidad no es algo que le quite el sueño, ha pensado en un traje de dos piezas de alguna creativa boliviana. Lo que sí le preocupa y la pone nerviosa es que serán cinco años más de un duro trabajo y más desvelos al lado de su ‘media naranja’.

Mientras se prepara para su primer acto de posesión presidencial como coprotagonista, se acomoda en el que más que un departamento familiar, parece una biblioteca privada. En todas las paredes hay estantes repletos de libros. En la sala, el comedor, el dormitorio, el cuarto de huéspedes, debajo de las camas. Hay libros por donde se mire.

¿Cómo lograste que te haga un espacio en su ropero?
No es mentira, ves que no hay campo, en toda la casa hay libros, al llegar desocupamos una piecita que se convirtió en mi vestidor, sacamos los libros y los mandamos al garaje. Ahora estamos viendo la opción de mudarnos.

¿Él (vice) te recomienda leer algunos libros?
Sí. Me dio una lista con diferentes títulos, como los de Oriana Fallaci, una periodista italiana muy reconocida. Me dijo ahí están pero nunca me impuso la lectura.

¿Cómo cambió tu vida desde que te casaste?
La gente se acerca más para pedirnos ayuda de todo tipo. Como no estoy en la unidad de Gestión Social, solo recibo los pedidos.
Viajo mucho con mi esposo, he conocido varios lugares que no imaginaba porque me parecían lejanos, no eran un opción o era muy difícil de acceder, como poblaciones de Potosí o del Beni, y ahora tengo la satisfacción de conocer, ver cómo viven, cómo se comportan y cómo son, porque cada región tiene algo diferente, si bien todos somos bolivianos, pero cada región tiene su esencia.

¿Cambiaron tus horarios?
Los fines de semana son de muchos viajes, antes era por trabajo uno o dos días, ahora es por el tema de protocolo. Estoy menos en la casa, antes podía descansar los sábados y domingos. Ese ritmo altera mis horarios de descanso.

¿Cambiaron tus gustos?
Siguen los mismos gustos culinarios, de vestuario, de diversión, porque siempre fui una chica tranquila, nada jaranera, así que ahí no tuve problemas al convertirme en señora. Por ese lado no hay problemas (risas).

¿En el tema de seguridad?
Ese ha sido uno de los cambios más drásticos y que sentí más, el tema de la seguridad. He sido una mujer independiente desde muy jovencita, que se iba por toda la ciudad con su autito y donde quería. Al principio me resistía, le decía a Álvaro que no, pero entendí que era una cuestión de Estado, que no era por mí. Hay días en que prefiero escapar de mi guardaespaldas y es cierto, mis amigos cercanos lo saben.

¿Cambiaron tus amistades?
Mis amigos y familiares han entendido que todos los trabajos son momentáneos y yo sigo siendo Claudia y mi esposo es Álvaro, que él va a dejar de ser ‘vice’ y mantenemos lo que siempre hemos hecho.
He conocido a muchas personas interesantes, pero mis amigos siguen siendo los mismos.

¿Qué dejaste de hacer desde que te casaste?
(Lo piensa largamente). Hago todo lo que hacía antes con la única diferencia de que ahora me acompaña alguien de seguridad.

¿Le has dicho alguna vez no a Álvaro García?
(Muy segura) Le he dicho varias veces que no. Por ejemplo, en el tema de descansar, se quiere quedar viendo un poco más de tele, yo digo no, hay que dormir porque el cuerpo necesita descansar para que al día siguiente uno esté fresco. No más tele a dormir. Lo cuido en el sentido de que hay que descansar y comer bien.

En el tema de los viajes, no siempre hay un sí, porque es agotador, terminas cansada. Podrías imaginar que pasear es lindo pero el cuerpo a veces no da.

¿Sos más tranquila o más estricta que él?
Soy estricta en el tema de horarios, soy muy puntual. En Bolivia lamentablemente eso te hace sufrir y entiendo que las reuniones se alargan o no se controlan, pero siempre uno tiene un aproximado y me hace sufrir el tener que esperar y adaptarme a sus tiempos.

¿Te adaptaste a sus horarios?
Lo veo todos los días despertando a las cuatro de la mañana y soy la más cansada, es malo ese ritmo, en algún momento te va a pasar la factura el cuerpo, y él lo viene haciendo desde hace nueve años. La verdad es que se entrega por completo, es muy apasionado con lo que hace porque sino ya lo hubiera dejado de hacer.

¿Eso quiere decir que no comparten la ducha matutina, ni el desayuno?
No. Pero me despierto por lo menos para despedirlo y darle un beso, luego me vuelvo a dormir hasta las seis y media, es un ritmo muy duro. Es agitado.

¿Están juntos para el almuerzo o la cena?
Intentamos estar juntos para almorzar, pero a veces los compromisos no lo dejan. Entonces es en la cena donde nos miramos y conversamos. Llegamos a tomar un café, una leche, unas galletas o una ensalada, y más que cena es una excusa para compartir. Ya los fines de semana no nos separamos, lo acompaño a todos lados.

¿A qué le decís que sí?
(Lo piensa mucho) - Creo que para ir al cine no pongo ningún tipo de reparo o en la comida, cualquier tipo de comida.

¿Cocinan?
Él cocina más que yo, que recién estoy despertando mis habilidades culinarias, estoy en ese proceso, por mi trabajo al que me he dedicado en estos últimos años y no tenía tiempo para aprender a cocinar. Él es el chef y es bueno. Como vivió tanto tiempo solo, aprendió. Aunque lo acompaño y pongo la mesa o lavo la vajilla.

¿Comen rico y cómo mantienen la figura?
Álvaro es un hombre muy sano, es de comer mucha fruta, verduras, mucho jugo, yo soy más de frituritas. Gaseosas tomamos muy poco.

¿Lavan su ropa?
Hay una señora que viene a hacer la limpieza y acomoda toda la casa. Nosotros mantenemos las cosas limpias y en orden.
Voy a su closet solo a poner algo nuevo y le aconsejo cómo quedaría mejor una corbata con una camisa, pero el que decide es él.

¿Son de mandarse mensajitos y fotos?
Todo el tiempo estamos comunicados así, ‘wasapeamos’, mandamos fotitos, mensajes de texto.
¿Sos celosa?
(Rápidamente y sin pensarlo) Soy celosa y él también, pero lo disimula mejor. Alguna vez siento que está celoso porque está atento de cómo me comporto, yo soy al revés, estoy más atenta de cómo están las chicas. Lo que pasa es que muchas veces se confunde lo que es ser caballero y conquistador, él a cualquier mujer le abre la puerta o le recorre la silla. Por eso le digo cuidado que la gente no se confunda ni des lugar a otra interpretación.

¿En estos dos años han tenido vacación?
Juntos no, yo si tuve algunos días pero él no. Todos los viajes son por trabajo.

¿Y dónde les gustaría ir?
Por la comida, México nos encantaría. Pero un lugar nuevo no lo hemos conversado.

Él declaró recientemente que pasadas las elecciones van a encargar bebé. ¿Están encarando esa nueva campaña?

Estamos en campaña, pero al final quien dispone es Dios. Si bien hemos dicho este año será, Dios pondrá la fecha, quisiéramos dos, a mi me encantaría, porque mi abuela es melliza, pero en ese tipo de cosas es muy difícil planificar.

Él quiere niñas, con mi sobrina se vuelve loco, yo también deseaba una niña y he estado viendo cómo los niños miran a la mamá y estoy cambiando de idea, pero al final con niño o niña yo sería feliz.

¿Tus padres piden más nietos? ¿Cómo te llevás con ellos, sufrís de papitis o mamitis?
Ambitis. (Risas) -Porque soy la hija del medio, llamo a casa para saber como están y hablo con los dos. Sobre los nietos, lo han dejado que lo decidamos nosotros.

Sos paceña hija de chuquisaqueño y cruceña. ¿Dé donde sentís que sos?
Paceñita pues. Mi madre se vino de Santa Cruz y mi padre de Sucre y acá se encontraron y formaron su nidito. Mi papá (54) trabaja en una empresa de archivos y mi mamá (48) se desempeña en el Museo Nacional de Arte.

¿Cuántos hermanos tenés?
Dos, mi hermana mayor Vivian es cruceña como mi madre y es abogada independiente y mi hermano menor, Paulo, trabaja en el banco Mercantil Santa Cruz.

Sos ingeniera comercial, pero hacés periodismo...

Sí esa es mi profesión, pero me dedico al periodismo, soy presentadora de tv. Estoy en los medios desde hace 11 años. Comencé muy jovencita, tenía 13 años, hacía un programa infantil y con el mismo fui creciendo. Esa responsabilidad me ayudó a madurar y mis padres me lo permitían siempre y cuando no disminuya mis notas en el colegio y luego en la U.

¿Fue fácil tu ingreso a la TV?
Hice un castin para el programa y fui creciendo de a poco y todo se fue dando, me fui trazando metas y luché por ellas. Veía a las presentadoras María René Duchén y a Miriam Claros y siempre me interesaron los noticieros.

Hasta que llegaste a ser presentadora del noticiero...
Soñaba con eso y trabajé duro, nadie me regaló nada. Todo lo que he conseguido es producto del esfuerzo que le he puesto. Me decía: Grandes sacrificios, grandes recompensas y a seguir trabajando porque todavía hay muchos objetivos por los cuales luchar.

¿Querés seguir estudiando?
Desde el año pasado estoy detrás de una maestría pero se me complican los horarios. He estudiado lo básico de aimara, ahora entiendo más esa lengua, estudié la cosmovisión andina para comprender por qué nos íbamos a casar por esa creencia y me enamoré más de Álvaro y de nuestra gente.

Ahora quiero fusionar mi carrera con la televisión, es mi objetivo unificar lo que he estudiado y le he dedicado cinco años de mi vida y una pasión que tengo que es como una llamita que siempre va a estar ahí, el periodismo. Tiene que ser algún tipo de programa desde donde pueda aportar a la sociedad donde yo crecí.

Estudiar francés también está entre mis planes, me parece un idioma muy romántico, muy dulce, pero ya habrá tiempo. Lo importante es ir para adelante. No hay que ser conformista
Álvaro García Linera desde la óptica de su esposa.

Álvaro García Linera desde la óptica de su esposa.

¿Es seductor?
Sí, me seduce con una mirada. Pero no es un hombre que te va a dar un verso, la diferencia está en su trato en general, es todo un caballero.

¿Cómo te enamora?
Está atento y eso me enamora, ve que estoy medio triste y está ahí, sabe qué hacer para llenarme de energía y aparece con un chocolatito. Son pequeños detalles que te llenan el alma.

¿Qué le gustaría que le regalen?
Además de libros, chocolates o algún vino.

¿Lee antes de dormir?
Generalmente. Eso lo relaja.

¿Qué lo hace reír a carcajadas?
Varias cosas, en casa nos dedicamos a reír, a mí me hace reír de todo, siempre es más grato compartir. Mis sobrinos le hacen reír mucho también.

¿Lo has visto llorar?
Lo he visto en momentos muy duros, cuando ha estado afectado, dolido, molesto pero intenta siempre ver el por qué de los problemas para que lo lastimen menos.

¿En qué momento escribe?
Los fines de semana por las noches y en ese momento he aprendido que es mejor darle su espacio y lo respeto.

¿Cocina?
Los platillos mexicanos le salen muy bien.


1 comentario:

  1. linda angelicas simplemente la mujer mas bella de bolivia que envidia da el vice

    ResponderEliminar