domingo, 23 de septiembre de 2012

viernes, 21 de septiembre de 2012

Daniela Valverde una orureña exitosa que siguió su sueño

Daniela Valverde de Rocabado, una mujer sencilla y soñadora, siguió su sueño especializándose como maquillista, esto le permitió salir del país y capacitarse en Estados Unidos y Chile, logrando cosechar éxitos, uno de ellos maquillar a la novia del vicepresidente Álvaro García Linera, Claudia Fernández en la "boda del año".

Desde sus años en la universidad sintió un gusto por el maquillaje, esto la llevó a aprender de los mejores cosmetólogos, llegando a pertenecer a los staffs más reconocidos de Bolivia entre ellos en el spa de las Chicas Premier, con Fátima Ávila del salón FaBella, Roberto Giordano, Marcela Cano, con diseñadores de novia y Cristian Ruiz, fue el nexo para que postule en la empresa de Raúl Estilismo y Marcelo Ruiz, logrando ingresar por mérito propio a esta prestigiosa firma.

En esta empresa, aprendió mucho sobre maquillaje, puesto que existe una gran diferencia trabajando con modelos y presentadores de televisión.

"Es distinto trabajar para pasarela, fotografía, televisión, bodas, porque varían los tonos", explicó la especialista, además de mencionar que maquilló a muchos famosos de la farándula entre ellos a la cantante Miriam Hernández, Los Nocheros, Bronco, Enanitos Verdes.

El más reciente trabajo de esta orureña, fue en la "boda del año" puesto que maquilló a Claudia Fernández, esposa de Álvaro García Linera, cuando contrajeron nupcias en Tiahuanaco.

Para Valverde, fue una grata sorpresa que Raúl Estilista y Marcelo Ruiz la convoquen para que fuese la maquillista de Fernández, ya que desde que se casó solo asiste a las presentaciones importantes de esta empresa.

Confirmada su presencia, preparó sus mejores productos porque tenía que mostrar a una novia espectacular ante las cámaras.

Explicó que para Claudia Fernández utilizó colores tierra porque el acto se debía realizar a plena luz del día, además que tenía que ir con su personalidad, sencilla y hermosa.

Valverde, especialista en maquillaje y micropigmentación, tiene planes a futuro de abrir en Oruro una estética, modesta pero completa, "soy feliz, porque hago lo que me gusta", concluyó Valverde.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Ceremonia ancestral en Tiwanaku



Elementos de gran contenido simbólico, presentados como augurios de prosperidad y felicidad, y las palabras de los ancianos, se complementaron con la tradición andina de que la pareja beba las aguas recogidas de dos vertientes, en el momento en que se convierten en un solo caudal.

La impecable organización del almuerzo en la plaza principal de Tiwanaku permitió que los invitados saboreen el ají de fideo, que además de llegar caliente y con una marraqueta, llevó un sazón único y picante. La novia lució impecable en un diseño de alpaca hecho en Bolivia por la empresa Raza de Bronce. El novio, acorde con la ocasión, llevó un traje oscuro con aplicaciones de aguayo. Fue una emotiva ceremonia en la que sumaron los buenos deseos para esta pareja unida ante la ley, la Iglesia Católica, los achachilas y la Pachamama.

Con la presencia de destacadas personalidades internacionales, como los premios Nobel de La Paz Adolfo Pérez Esquivel y Rigoberta Menchú, y de autoridades de Gobierno, miembros del cuerpo diplomático, líderes de organizaciones sociales e invitados especiales, se llevó a cabo la ceremonia andina ancestral en la que unieron sus vidas el vicepresidente del Estado Plurinacional, Álvaro García Linera, y la periodista Claudia Fernández.

Luego de recibir la bendición de los amautas en el altar de Kalasasaya, los recién casados invitaron a más de 4.000 personas en la plaza principal de Tiwanaku a una celebración en la que se fundieron estilos, formas y pensamientos de empresarios, Ponchos Rojos, diplomáticos, autoridades y la población en general.

Al ritmo de más de 100 instrumentos de una banda, y de música en vivo de conocidos conjuntos folklóricos, el encuentro se prolongó entre baile, entrega de regalos y deseos de prosperidad para los nuevos esposos.









jueves, 13 de septiembre de 2012

¿Qué ponerse para la boda del Vicepresidente? Algunos supieron responder a la pregunta con éxito mientras que otros se aplazaron.

Un evento de esta naturaleza no se registra cada fin de semana. Algunos de los invitados especiales a la boda ancestral y católica del vicepresidente Álvaro García Linera y la periodista Claudia Fernández se vieron en figurillas para escoger el atuendo adecuado. Varios fallaron en la elección mientras otros se sacaron un 10.

En la antesala a la ceremonia de Tiwanaku —que reunió a embajadores, políticos, empresarios y otras personalidades— se vieron tacones altos y vestidos vaporosos, atuendos que, según la directora de la revista cosas, Carla de Cabezas, “no eran recomendables”. Los zapatos con plataformas y tacos alfiler trajeron problemas por los caminos de tierra y las estructuras de piedra, lo que obligó a varias asistentes a mostrar dotes de equilibrista.

Otras optaron por la comodidad sin abandonar la elegancia. Las misses, por ejemplo, lucieron leggins (calzas) y botas, que les facilitaron movilizarse por el largo camino desde Kalasasaya hasta la plaza del pueblo.

Los vestidos de gala, en el caso de Tiwanaku, fueron reemplazados por blusas, ponchos y chompas de talle largo. El estilo fue marcado por las fibras nobles de alpaca. Gafas oscuras y grandes, además de sombreros para protegerse del sol, completaron los atuendos más acertados.

Los caballeros eligieron ternos y sacos oscuros con pantalones color caqui. El sombrero fue de rigor. Los que lo olvidaron tuvieron que acudir al puesto de recuerdos del sitio arqueológico, que los sacó de apuros con sombreros menos adecuados, pero adornados con tejidos típicos. El costo: Bs 20.

Para la ceremonia católica en la ciudad, “lo ideal era un vestido largo en color primaveral, pero jamás en blanco, para no opacar a la novia” explicó el experto en moda Sixto Nolasco. Para la diseñadora Beatriz Canedo Patiño, “llevar un chal era fundamental” para combatir el frío.

Se vieron más aciertos que desaciertos, durante la boda religiosa en San Francisco. Vestidos en amarillo, rosa, celeste, azul y coral desfilaron con éxito. El peinado “recogido es lo ideal, quizás un sombrero para lucir más elegante”, señaló Nolasco.

Eso sí, algunas invitadas abusaron del brillo, los escotes y hasta de las fajas que terminaron por resaltar algunos rollitos. Sin embargo, en general, los invitados supieron contribuir a la elegancia del evento












martes, 11 de septiembre de 2012

Detalles no reflejados sobre la boda ancestral

Publicado en La Razon




Hay aún muchos detalles de la boda más comentada del año que no fueron reflejados en los medios de comunicación, fundamentalmente por falta de espacio. La Razón Digital decidió contarlos para su público, un día antes de que circule en la edición diaria de La Razón la reedición del Álbum de Boda que se publicó el domingo tras la ceremonia ancestral que se realizó en Tiwanaku un día antes.

Esta vez el álbum, que tuvo una gran acogida entre los lectores de La Razón, estará acompañado de imágenes del matrimonio civil que se realizó el domingo en la basílica de San Francisco. El costo será el mismo: Bs 2.

Entre las cosas que no se contaron en detalle sobre el enlace matrimonial, se encuentra por ejemplo el marcado interés que generó el plato de ají de fideo que fue preparado a solicitud expresa del novio.

El público asistente hizo largas filas con sus chúas (vasija de barro) en las manos para recibir sus respectivas porciones, que fueron servidas a partir de las 13.30 por aproximadamente una decena de personas encargadas de ello. Cada comensal recibió además una marraqueta.

Los supervisores de la comida pedían que no se llenen los platos al tope para que el ají alcance a los más de cuatro mil presentes. Pese a ello, La Razón constató que hubo personas que se quedaron sin comer el esperado platillo, por lo que tuvieron que comprar comida en restaurantes y puestos ambulantes. Lo más consumido, mientras se esperaba el ají de fideo, eran las papas fritas.

Hubo varias tortas. La principal era de maracuyá, chocolate, vainilla y frutilla (los sabores preferidos de los novios). Shirley Sanjinés fue la encargada de esta preparación, calculada para mil personas. El pastel se elaboró en tres días.

La torta costó 4.500 bolivianos y estaba adornada con motivos autóctonos y dos muñecos en el frente que emulaban a la pareja; por detrás de éstos una réplica en miniatura de la Puerta del Sol.

También había tortas de coca y quinua. Las seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, de las que su principal líder es el Presidente Evo Morales, contrataron a la pastelería Victoria`s, que llenó más de 20 moldes de torta y los adornó con kantutas y flores silvestres.

La repostería Amanda Belén trajo desde Viacha 42 moldes con tortas con sabores a chocolate y vainilla, rellenas con manjar y durazno.

Las tortas fueron repartidas a partir de las 17.00 y se convocó por parlantes a la gente para recibir sus raciones. Tanto la comida como las tortas se acabaron al caer la tarde.

También se dispuso de seis puntos para repartir cerveza y hasta las 13.30 se consumieron más de 300 cajas. También se pudo observar que había al menos seis turriles de coctel.

LA FIESTA

La boda fue una ocasión ideal que la gente del lugar, y otros que llegaron para la ocasión, aproveche para retratarse con Evo Morales, quien al ver la alta demanda bromeó anunciando que cobraría un porcentaje por cada foto que le hacían.

García Linera y Fernández recibían abrazos a cada paso y el cariño de la gente expresado en mixtura y obsequios, entre ellos flores, adornos, chuspas, bufandas y demás presentes envueltos en colorido celofán.

La pareja bailó con mucho entusiasmo y la gente rodeó a los esposos y se acercó tanto que el nerviosismo del cuerpo de seguridad era inevitable. Los agasajados no descansaron hasta que llegó la noche y las felicitaciones seguían llegando.

LA POBLACIÓN

Rita Herrera llegó a Tiwanaku a las tres de la mañana. Vino desde Viacha junto a sus hijos, en total seis familiares la acompañaban. “Cómo no voy a venir, qué importa la distancia. Quisiera verlos, tocarlos” decía la mujer de 46 años que agarró un lugar expectante cerca a Kalasasaya.

No fue la única que se asomó a la zona. Benedicta Saravia llegó desde la ciudad de Santa Cruz exclusivamente a presenciar la boda. “he venido a dar mi apoyo al vicepresidente y a desearle éxito en su casamiento”.

Una pantalla gigante fue colocada para los asistentes que no pudieron entrar al templete. Desde allí lanzaban gritos de apoyo a las autoridades.

Con todo, había otras personas que no estaban al tanto de la boda. Por ejemplo, La Razón se contactó con dos alemanas que llegaron para ver las ruinas arqueológicas. “No nos interesa quién se casa, queremos ver Tiwanaku porque nos vamos hoy en la noche”, dijo Natali.

Mientras Álvaro García y Claudia Fernández paseaban en la balsa de totora, Pablo Choque e Isabel Condori se desposaban en la iglesia de San Pedro de la iglesia de Tiwanaku. El esposo dijo: “Estamos felices de casarnos el mismo día porque hay harta gente”. Después se fueron en un minibús adornado con cisnes de plastoformo.


Esperan que Claudia “despeje odios” del Vice

El gobernador del departamento de Santa Cruz, Rubén Costas, afirmó ayer que espera que la periodista Claudia Fernández, nueva esposa del vicepresidente Álvaro García Linera, pueda “despejar los odios y rencores” de la autoridad del Estado. Claudia y Álvaro contrajeron nupcias el domingo en la basílica de San Francisco, un día después de unirse en matrimonio en un ritual andino en Tiwanaku.

“Me parece bien, me parece correcto que se case el Vicepresidente de la República y, en todo caso, quisiera que la hoy señora, una periodista seria, que se ve que es una persona muy humana y de mucha fe, pueda influir para despejar los odios y rencores del vicepresidente”, dijo.

Cuestionó que la unión matrimonial se haya convertido en “un show” que -sugirió- le costaría “unos pesos” al erario nacional. “En un país pobre yo no sé si sea correcta la ostentación. Cuando vemos esto, ¿cuál es el cambio y la revolución? Yo no he visto un show como éste desde que nací; vi algunas cosas parecidas cuando se casa el príncipe heredero en Inglaterra o cuando se casa el príncipe de España, pero son países en los que se pueden dar”.

Tras matrimonio el Vice vuelve a sus actividades

El matrimonio del vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, y la presentadora de la Red Uno Claudia Fernández Valdivia que se prolongó por dos días para la celebración ancestral y religiosa fue seguida por miles durante el fin de semana pero hoy todo vuelve a la normalidad.

La nueva pareja de esposos adelantó que no habría viaje de luna de miel y volverían a sus actividades cotidianas como también reiteraron su deseo de tener una hija, augurio al que se sumó el presidente Evo Morales al regalarles un cargador de bebé durante la boda ancestral.

Lo curioso y anecdótico en los dos días de la boda

templo

Al salir del templo por la alfombra roja, Álvaro y Claudia fueron recibidos por una lluvia de mixtura, arroz y pétalos de flores. Los invitados sacaron sus teléfonos móviles y tomaron fotografías de la pareja.



público

El público que siguió la ceremonia a través de una pantalla gigante al lado del templo San Francisco rompió el cerco de seguridad para acercarse a felicitar a la pareja cuando salían. La novia aprovechó la oportunidad para lanzar dos bouquets y varias personas se disputaron los arreglos florales.



regalos

Pese a que estaban prohibidos en la misa, hubo quienes los entregaron como por ejemplo la Federación Departamental de Mercados de La Paz que les dio un cuadro con fotografías de la boda ancestral. En la boda del Tiwanacu a la pareja les regalaron llamitas, un cargador para bebé además de un cuadro de Mamani Mamani.



ventas

El comercio creció en la puerta del templo donde se ofrecieron las fotografías de la boda ancestral en Tiwanaku a Bs 10 como también las recientes imágenes de la ceremonia religiosa.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Fotos de la Ceremonia indigena Andina del Matrimonio de Alvaro y Claudia (II)

Fotos parte 2 de la Ceremonia en Tiwanacu












Fotos de la Ceremonia indigena Andina del Matrimonio de Alvaro y Claudia (I)

Fotos de la Ceremonia












Fotos Claudia y Álvaro se prometen una vida de amor y lucha compartida



“Yo, Claudia Fernández, quiero estar toda mi vida contigo, Álvaro García Linera; entregarte amor eterno y estar en las buenas y en las malas, pero sobre todo en las malas, porque te amo”. Los aplausos cerraron la promesa de la novia que acababa de darle el Sí al Vicepresidente.

El cielo despejado prometía una tarde soleada. Poco antes de las 15.30, un automóvil verde oscuro llevó a la periodista por El Prado hasta la avenida Montes de la ciudad de La Paz, desde donde descendió hasta San Francisco por el carril de bajada de la Mariscal Santa Cruz.

En el trayecto, Claudia saludó con la mano a quienes se habían congregado en torno a la basílica para seguir el casamiento. Ya en el atrio, dio encuentro a su padre, Óscar Fernández. Ataviada de amarillo, su hermana Viviana se encargó de llevar la cola del vaporoso vestido blanco.

Álvaro llegó al sitio un par de minutos antes que ella. Vestido de elegante negro, con una corbata roja, saludó al público e ingresó al templo acompañado de su mamá, Mary Linera Pareja, en medio de aplausos cariñosos de la gente.

Claudia y su padre subieron lentamente las cuatro escalinatas que separan al atrio del templo. Caminaron por la alfombra saludando con la cabeza a sus allegados.

Adentro, el novio esperaba con una gran sonrisa. Saludó a su suegro e intercambiaron un par de frases. Después dio encuentro a la periodista, hasta que la Marcha nupcial se mezcló con los aplausos. La ceremonia había comenzado.

Desde el altar, el sacerdote Mauricio Bacardit observó a la pareja que se asomaba lentamente. El Vicepresidente se acercó al párroco y le pidió disculpas por el retraso de aproximadamente media hora. La misa estaba prevista para las 15.00.

Los dos ingresaron escoltados por sus padrinos, que eran los padres de Fernández; Verónica Paz fue la testigo de parte de García.

El novio se ubicó a la derecha del templo y detrás de él estaba su familia, además del presidente Evo Morales, que llegó aproximadamente a las 15.00.

El Primer Mandatario se veía contento y de vez en cuando conversaba con Raúl García Linera, hermano de Álvaro.

Al otro lado se acomodó la parentela de Fernández. A ellos se sumó el ministro de Culturas, Pablo Groux.

Al empezar la ceremonia, Álvaro García Linera no se persignó y sólo atendió en silencio el desarrollo de la eucaristía. Luego de la primera lectura habló el padre Bacardit y comparó a la caridad con el amor.

Cada cierto tiempo, la novia observaba con cariño a su futuro esposo y le ofrecía la mano derecha. Él le devolvía el gesto y hablaban despacito, casi en un susurro.

Antes de la lectura del evangelio de San Pablo, García tampoco se persignó, a diferencia de ella.

En la homilía, el religioso expresó: “Esperamos y deseamos que se amen de verdad y que este amor dure toda la vida”. Tras la frase se escucharon algunos aplausos y Claudia regaló una mirada a Álvaro, quien asintió con la cabeza.

Llegó el momento de los votos nupciales. Muy emocionada, pero firme, Claudia miró los ojos de su compañero y le prometió apoyo, sobre todo en los malos momentos en su nueva vida juntos. Álvaro respondió, pero con voz más temblorosa: “Yo te doy mi vida. Mi vida contigo está basada en el principio del amor a ti, el amor a todos, junto a la gente, porque nuestro amor nos une como pareja”.

“Aquello que ha sido unido por Dios no lo puede separar ni el hombre ni la mujer”, sentenció el sacerdote. Más aplausos.

Álvaro, guiado por el clérigo, tomó la mano de la desposada y le puso el aro en el dedo anular: “Te entrego este anillo, Claudia, en señal de fidelidad y lucha”.

Declarándolos marido y mujer ante los ojos de Dios, Bacardit los autorizó a que se abracen y se besen en el altar. El Vicepresidente se acercó a su flamante esposa y la abrigó con sus brazos. Después se dieron un beso breve, con los ojos cerrados.

Una orquesta de cámara y dos cantantes líricas acompañaron cada ritual eucarístico. Akiko Makiyama y Diana Azero interpretaron fragmentos del Aleluya de Mozart, el Ave María de Shubert y la Misa criolla de Ariel Ramírez. El ensamble estuvo conformado por Héctor Osaki (guitarra clásica), Christian Asturizaga (violín), Eduardo Cassapia (oboe), Rachel Brown (arpa) y Willy Velarde (violonchelo).

Comunión. El ritual se desarrolló mientras Álvaro jugaba con el anillo y Claudia sostenía el bouquet con rosas blancas.

El sacerdote llamó entonces a todos los asistentes a darse el abrazo de la paz. Dando el ejemplo, se acercó al presidente Evo Morales y le estrechó la mano. El Mandatario lo recibió sonriente.

Después Bacardit anunció la comunión y la primera que recibió el sacramento fue la mamá de Álvaro. Los esposos no comulgaron. En la fila de quienes recibieron la hostia destacó la familia y amigos, además de la dirigente masista Célima Torrico.

Evo Morales aprovechó este momento para continuar su charla con Raúl García Linera.

Antes de concluir la ceremonia católica, y saliendo del protocolo habitual, el párroco pidió a Claudia que ofrezca algunas palabras a la concurrencia. La periodista se acercó al altar y expresó su gratitud a los amigos y familiares. “Hay muchas cosas que quisiera decir. He estado tratando de anotar algunas palabras, algunas frases, pero son demasiadas, Así que me dije: ‘un gracias lo dice todo’. Gracias”. Luego dejó un ramo de flores como ofrenda para la Virgen.

Antes de abandonar la iglesia, el cura dio la bendición final y el Vicepresidente se persignó; fue la única vez que lo hizo.

Mixtura. La ceremonia duró poco más de una hora. Cuando los recién casados salieron por la alfombra roja, recibieron una lluvia de mixtura y arroz.

La mayoría de los invitados sacó sus teléfonos móviles y tomó fotografías con ellos. Hubo quienes lograron tomar de la mano a alguno de los recién casados; la preferida fue la periodista.

En el umbral del templo hubo aplausos y abrazos del público que pudo romper el cerco de seguridad. Y así, arreció también la lluvia de pétalos de flores y arroz.

Pese a que estaba prohibido llevar regalos a la misa, hubo quienes aún entregaban algún obsequio a la pareja. La Federación Departamental de Mercados de La Paz les dio un cuadro con fotografías de la boda ancestral. Rosa Ortiz, dirigente de la federación, aprovechó la oportunidad para pedirle al Vicepresidente que no se olvide de su sector.

En el atrio de la iglesia, allí donde estaba acomodada una multitud en gradas de madera, la gente aplaudía y pedía que los recién casados se acerquen a ellos. El público de este lugar siguió la boda gracias a una pantalla gigante que se colocó casi en el lado derecho de la iglesia de San Francisco.

Los recién casados se rindieron ante el pedido y Claudia aprovechó el momento para lanzar dos bouquets; varias personas se disputaron los arreglos florales.

Una decena de vehículos oficiales esperó a Claudia y Álvaro para su salida. La gente notaba que no había latas blancas cerca al escape de los carros, como es usanza popular, y los autos se fueron raudos por la avenida Mariscal Santa Cruz en dirección a El Prado. Fue un secreto hacia dónde se dirigieron.

Después de las 17.00, el público fue dejando el lugar. Del cielo se desprendían algunas gotas de lluvia y la tarde empezó a tornarse de color plomizo. En la iglesia se quedaron los recuerdos florales de la llamada boda del año. Y en los comentarios de los asistentes aún repercutía el eco de la frase: “Estar contigo sobre todo en las malas, porque te amo”.

El negocio de las fotos del matrimonio

Desde las primeras horas de la mañana, la gente se acomodó en el atrio de San Francisco. Se vendieron, a Bs 10, fotografías de la boda ancestral en Tiwanaku.

Apenas concluyó la ceremonia católica en el templo, aparecieron comerciantes que vendían imágenes de los recién casados durante la ceremonia.

Los vendedores ofrecían las fotografías en Kalasasaya y en el altar de San Francisco con dos marcos: uno en fondo blanco y otro con los colores de la wiphala.













Promesas de amor y fidelidad, en una boda para el pueblo

Publicado en El Deber
Cuando Álvaro García Linera y Claudia Fernández salieron de la iglesia San Francisco, una mujer soltó unos globos blancos que se elevaron al cielo. El vicepresidente y la presentadora de televisión ya eran marido y mujer ante el Dios de los cristianos y Álvaro paseaba a su esposa ante la gente que había llenado la plaza de los Héroes para saludarlos. Aplausos, gritos de felicitaciones y bendiciones le caían a la pareja desde la tribuna.

Desde la mañana, el pueblo había llenado la plaza para ver a un marxista, al hombre que en la cárcel estudió e interpretó línea por línea El Capital, jurar amor eterno ante un altar católico. Se colocaron parlantes y una pantalla gigante para acercarle a la gente un acto que, por lo general, es compartido solo con amigos y familiares.

A una hora de la ceremonia, Claudia era maquillada por el equipo de Gloria de Limpias en la habitación 1004 del hotel Gloria. Desde allí, mientras el maquillador le ponía base en el rostro, podía ver a la gente aglomerada alrededor de la plaza San Francisco.

En la plaza, la seguridad gubernamental servía de cernidor para los que tenían invitación, los periodistas y el pueblo. El protocolo era estricto: los invitados políticos (autoridades, jefes de partido, ministros y empresarios) fueron ubicados de la mitad para atrás del templo, mientras que los familiares de la pareja ocupó las primeras filas.



De esa lógica no se salvó ni el gobernador de La Paz, César Cocarico, que llegó con el presidente, Evo Morales, y ocupó el primer banco. Pronto fue levantado por protocolo y reubicado atrás. Así Evo se quedó solo ante el altar y comenzó a sonreír como niño nervioso. Pronto se dio vuelta y comenzó a hablar y bromear sobre los regalos con la familia del vicepresidente.



A las 15:33, Álvaro ingresó en la iglesia acompañado de su madre. Lentamente, escoltado por la música de Bach interpretada por un ensamble entre músicos de la Orquesta Sinfónica Plurinacional y el Conservatorio de Música, el vicepresidente llegó hasta el altar. Dos sillas de madera con tapiz rojo y un banco con cojines para arrodillarse habían sido acomodados debajo de la cúpula de piedra de San Francisco. García Linera lucía un traje negro con un pantalón que le quedaba algo largo. Una camisa blanca y una corbata con distintas tonalidades de rojo completaban su ajuar.


Ceremonia. Los novios se santiguan, siguiendo los rituales católicos en una misa





La marcha nupcial anunció el ingreso de Claudia. Su padre, que peina menos canas que el novio, le dio un beso en la frente y la entregó a Álvaro para que la ceremonia comenzara. Mauricio Bacardit, sacerdote conocido por su compromiso social, celebró la misa. Besó a Claudia en la mejilla, dio un apretón de manos a Álvaro y un abrazo a Evo.

El cura se acercó a los novios para tomar sus votos. “Yo, Claudia Fernández, quiero estar el resto de mi vida con tigo, entregándote el amor eterno que te tengo, estar en las buenas y las malas porque te amo”, dijo la presentadora con la voz quebrada, cerca del llanto.

Los votos del vicepresidente fueron menos emotivos. “Yo, Álvaro García, me comprometo a construir una vida basada en el amor a ti, al mundo, entregando la vida por ti y por todos a los que nos debemos en esta vida”, dijo con cierto tono político.

“Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”, les dijo Bacardit, mientras los novios se daban un beso que no duró más de cuatro segundos. Eran las 15:49 y quedaba aún el intercambio de anillos y más de media misa. Claudia, al ponerle la argolla de oro a Álvaro habló de amor y fidelidad. El vicepresidente agregó la lucha a las promesas.

Claudia agradeció a la gente, pidió que uno de sus buqués lo pongan a los pie de la Virgen de Copacabana y el otro lo lanzó a la gente, en el epílogo de esta nuestra ‘boda real’, con cierto aire de superproducción de Disney.

Romance. El novio besa a la novia, siguiendo las tradicionales bodas católicas.

































Amor e ideología, en una celebración mediática
Comunista declarado y católica ferviente, esa fue la unión de los novios Álvaro García Linera y Claudia Fernández, respectivamente, los testigos de la boda afirmaron que el comunista sucumbió a la creencia religiosa de la novia.

Pablo Groux, ministro de Culturas y ahora concuñado del vicepresidente, afirmó que el segundo mandatario dio este paso “por el respeto que le tiene a la fe religiosa de su esposa Claudia, que es profundamente católica”.

Para el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, César Navarro, quien también se declaró comunista, “cuando Carlos Marx nos habla del opio del pueblo es en 1848, precisamente en momentos históricos y en circunstancias determinadas, creo que los comunistas muchos no somos ateos por naturaleza otra cosa es haber subordinado un eslogan de ser ateo, eso es falso”, explicó.

Para el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, el debate entre ideología y religión “es larguísimo” y dijo que la postura ideológica y filosófica “no está reñida con la fe”, admitió, sin embargo, que “políticamente está claro que desde la perspectiva del materialismo no pareciera existir compatibilidad entre Dios y una sociedad de justos e iguales. Este fue un acto de amor y caridad”, resumió.

La ministra de Desarrollo Productivo, Teresa Morales, hizo suyas las palabras del vicepresidente: “Que no lo hacen menos comunista el estar en esta ceremonia; creo que su convicción política está intacta si ama a la persona y tiene que estar con ella en los ritos que a ella le importan”.


Presentes. El ministro Juan Ramón Quintana y Evo Morales charlan en la iglesia

Como si se tratase de una película
Max Tórrez / Comunicador social
Los protagonistas de la boda del año forman parte de las culturas urbanas y han impuesto sus rituales al contexto cultural indígena de Tiwanaku. Esto es uno de los indicadores de los sutiles mecanismos que subsisten hoy del colonialismo cultural.
La cultura urbana tiene una gran capacidad de expansión gracias a los medios masivos que, por su amplia penetración social, se los considera facilitadores de la transculturación compulsiva. Por primera vez en la historia de la TV en Bolivia una boda fue transmitida por 3 redes nacionales. Por otro lado, hay que reconocer que el novio es producto del liderazgo audiovisual, se hizo popular desde la tribuna de los programas de opinión y, desde el poder, su lenguaje duro para la oposición tuvo que cambiar para hablar dulcemente a su amada. La novia, por su lado, ha crecido desde el ambiente infanto-juvenil hasta formar parte del equipo de noticias de una red nacional. La televisión los ha unido y para las ceremonias de su enlace ha tenido influencia el esquema narrativo de las bodas mediáticas.
En la ceremonia ancestral hemos visto algunos ejemplos del colonialismo cultural sobre las expresiones tiwanacota: trajes estilizados, vehículos último modelo, guardias de seguridad, misses y modelos como invitadas, presencia de estilistas y peinadores, el fideo, personal de protocolo, las botellas de cerveza, la vestimenta de invitados con predominio de trajes urbanos y la misma banda de músicos. Hemos visto expresiones de lo indígena como resistencia cultural en la kispiña, los platos de arcilla, la balsa de totora, los sicuris, campesinos y mujeres indígenas con atuendos típicos, los amautas y sus ritos, los sahumerios y el mismo museo lítico tiwanacota. Si la novia defendía la cultura indígena no necesitaba maquillaje ni peinado pues hubiese ido a la ceremonia ancestral al natural.
El beso en la puerta del sol fue una puesta en escena como en las películas románticas de Hollywood, tan bien producida con un campesino ‘chaperón’ sin abarcas.
Pasaron las tres ceremonias de la boda del vicepresidente y la presentadora de noticias con el sello de la gran industria cultural-comunicacional, que armó su show con un discurso fácil de decodificar como una telenovela que tuvo varios mini-capítulos color naranja en septiembre, mes del amor…y nos demostró que es difícil librarse del colonialismo cultural.