Una ceremonia majestuosa con todo el rescate tradicional de la cosmovisión andina y la presencia de la ciudadanía plurinacional coronó este sábado la boda del vicepresidente Álvaro García Linera y la periodista Claudia Fernández Valdivia en el templo de Kalasasaya en la ciudad de Tiwanaku, a 70 kilómetros de la sede de Gobierno.
La ceremonia ancestral duró más de dos horas con todos los detalles serios de la cultura milenaria desde el ingreso de los novios al altar de Kalsasaya hasta la salida de Akapana, centro espiritual que es la conexión entre la realidad y el espacio, además lugar donde la pareja sola hizo sus votos.
El presidente Evo Morales, ministros de Estado, Adolfo Pérez Esquivel y Rigoberta Menchú, ambos galardonados con el Premio Nobel de la Paz, representantes del cuerpo diplomático, personajes de la farándula, representantes de organizaciones sociales y decenas de otros invitados asistieron a la boda.
Un despliegue en la organización fue coordinado entre la Policía nacional y la guardia originaria compuesta por los ponchos rojos, verdes, huairuros y cafés.
Los encargados de celebrar el ritual con la fuerza de la cosmovisión andina fueron cuatro parejas de amautas, que de acuerdo a la tradición, es un símbolo de ejemplo del chacha-warmi (hombre – mujer) y el equilibrio.
La ceremonia comenzó con unos cinco minutos de retraso 10.05 cuando hizo su ingreso el Vicepresidente escoltado por seis autoridades originarias vestidas impecablemente con sus ponchos y sombreros.
García Linera vistió un traje oscuro con franjar de aguayo con motivos andinos, similar al que acostumbra el mandatario boliviano.
Diez minutos más tarde irrumpió la novia vestida elegantemente como una ñusta ancestral divina privilegiada por la naturaleza. Lucía un vestido de lana de alpaca de color blanco ajustado al cuerpo hasta los tobillos en la que resaltaba los adornos de aguayo y en la cintura una faja con motivos aymaras. Además una capa corta que enaltecía el cuerpo, todo diseñado por el francés Jean Francois.
Ya en el centro ceremonial de Kalasasaya los amautas procedieron a ofrendar a la Pachamama (Madre Tierra) con una mesa preparada para la ocasión que llevaba una serie de productos para que a la pareja sean consagradas con buena salud, trabajo, amor y sobre todo comprensión.
Luego de ofrendar a los achachilas (padres - ancianos) y la Pachamama se efectuó la unión de la pareja a través de un lazo de lana de alpaca, símbolo en la cosmovisión andina de que “nunca deben separarse”.
OFRENDAS Álvaro recibió una chuspa para guardar las semillas y la coca como un símbolo de la abundancia; a Claudia le entregaron un tari para que coloque la comida; también se les entregó los dulces que fueron colocados luego a la huajta (ofrenda).
En aymara, los amautas, recomendaron a la pareja amor, unidad y comprensión. “Todos los vamos a acompañar, con un solo corazón”; a Claudia. “Te voy a preguntar sobre el joven Álvaro, asimismo ¿tú lo quieres? Lo vas a cuidar con todo tu corazón. No queremos que un día se separen”, manifestaron por separado los sabios andinos. Cumpliendo con la ceremonia ambos bebieron el agua recogida días atrás de dos vertientes de la Cumbre y los yatiris procedieron con la bendición sahumando con incienso y agua. Luego se invocó a los abuelos más antiguos para que completen la unión.
ENERGÍA Posteriormente se dirigieron a los puntos sagrados del templo e ingresar por la Puerta del Sol al templo de Akhapana, acto que de acuerdo a la cosmovisión andina, sirve para cargarse de energía.
Tras el baño de energía se dirigieron a la parte más alta del templo para dar sus votos donde se quedaron 15 minutos a solas; oportunidad en la que se dijeron todo lo que sienten y sus deseos de pareja.
En la última etapa del ceremonial andino, ambos debían descender del lugar sin tropiezos como señal de que “el matrimonio está por buen camino”.
Desde el sector de la Akapana la pareja caminó durante 15 minutos acompañados de sus padrinos, el mandatario Morales y autoridades originarias para dirigirse hacia la Plaza Central de Tiwanaku donde estaba lista la fiesta. En el lugar esperaba el apthapi, el ají de fideo, los bocaditos, las bebidas, la torta y los invitados sentados a la espera de la “irpasta, irpasta” que significa “me lo estoy llevando”.
Los recién casados bailaron, no el vals, sino el huayño al son de los kantus (músicos) que interpretaron precisamente el irpasta, lo que dio inicio a los bailes acompañados de bandas de música y conjuntos folklóricos.
Apuntes
La pareja
La boda de García Linera, de 49 años, y Fernández, de 24, fue oficiada por cuatro amautas en el templo de Kalasasaya por los aymaras de Tiwanaku, a la que asistieron centenares de invitados especiales
Los regalos
El Vicepresidente y la periodista recibieron toda clase de regalos, incluidos una pareja de llamas del gobernador de La Paz, el oficialista César Cocarico, y un portabebé, de parte de Morales que bromeó con el obsequio.
"A nombre personal, gracias a Tiwanaku por hacer casar a nuestro hermano Álvaro con Claudia. Estoy muy contento, muy feliz y un pequeño regalito, deseando que nuestro Álvaro tenga lo más pronto posible un bebé", dijo el mandatario a la red Uno.
En Kalasasaya
Es la primera vez que una pareja no indígena se casa en medio de esas ruinas, que son el principal centro arqueológico del país, a 71 kilómetros de La Paz.
4.000 vasijas de ají de fideo
Al menos 200 kg de filete de vacuno, y la mitad de pollo y cerdo y otros tantos de pasta tallarín fueron necesarios para cocinar los 4.000 platillos de ají de fideo con que los esposos flamantes Claudia y Álvaro obsequiaron el sábado a sus invitados en la Plaza de Armas de ciudad de Tiwanaku, a 71 km de La Paz, donde se unieron en matrimonio. El ají de fideo que los flamantes esposos ofrecieron a sus invitados demandó, entonces, más de 50 libras de este fruto picante molido, que los gastrónomos descendientes de españoles introdujeron en la dieta de los bolivianos entrado el siglo XIX.
El platillo, que acaparó la atención de las cadenas de la televisión internacional, exigió unas 50 cargas de papa (patata) recién cosechada en el altiplano boliviano.
Y poco menos que la mitad de cebolla y tomate picado, previamente fritos en aceite, y un cuarto de esta última cantidad de zanahoria. Lo mismo, sal, pimienta, orégano y comino molido, asimismo, miles de arvejas, unos 1.000 litros de agua hervida, una alfombra de quirquiña, una hojilla verduzca que los cocineros bolivianos la utilizan, por su aroma y retrogusto en el paladar. (ABI)
Presidente Morales regala a la pareja un cargador de bebé
Uno de los primeros regalos que recibió la pareja Álvaro y Claudia fue del presidente Evo Morales quien se sacó de un empaque envuelto con papel de regalo un cargador de bebé de color rosado y luego le colgó en el cuello de García Linera.
Según el mandatario, el obsequio de matrimonio es para que el sueño del Vicepresidente de “tener una hija mujer”, se haga realidad.
Simultáneamente se le entregó una pareja de llamas (macho y hembra), que en esta cultura es el animal más noble, y que obsequiarlos a los esposos recién casados era de muy buen augurio.
Luego las autoridades originarias le hicieron llegar canastas de papa, quinua, chuño, entre otros productos tradicionales del lugar.
Los allegados y compañeros políticos también se manifestaron con la pareja de esposos.
“SIMBÓLICOS” La presidenta del Senado, Gabriela Montaño, dijo que el regalo institucional de esa instancia legislativa era un cuadro del connotado artista Mamani Mamani quien tradujo en una pintura el chacha-warmi que es la pareja unida con “entendimiento y equilibrio hasta el fin de sus días”.
“Estamos siendo más simbólicos que ostentosos, porque esa es la línea del proceso de cambio, como el Vicepresidente dijo, de regalo hay que darle cariño”, agregó.
El gobernador de La Paz, César Cocarico, le hizo llegar cuatro llamas (dos parejas) como deseos de grandeza, humildad y nobleza para los esposos.
“La llama es el animal más representativo del altiplano, de la cultura andina, además es la fiel representación de la humildad y dignidad”, dijo.
Según Cocarico, la idea de entregarle estos animales es para que se reproduzcan y se cuide este pequeño patrimonio familiar.
Por su parte el ministro de Defensa, Rubén Saavedra, dijo que lo más importante antes que los obsequios era manifestarle “respeto y solidaridad”. Aunque dijo que se guardaba la sorpresa para otro momento.
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